Sintieron que la razón era una luz poderosa que acababa con las tinieblas de la ignorancia, el atraso y la pobreza.
Por eso llamamos a ese tiempo el Siglo de las Luces o de la Ilustración. Al principio ésto sucedió en Inglaterra y en Francia; después en el resto de Europa y en América.
Los pensadores ilustrados estaban en favor de la igualdad y de la libertad ante la ley de todos los hombres, y en contra de los privilegios de los reyes, los nobles y de la iglesia.
En los dominios españoles de América, esas ideas contribuyeron a que algunas personas comenzaran a creer que era posible luchar contra los gobiernos injustos y en favor de la independencia.
A finales del siglo XVIII, hubo un enorme interés en las ciencias y sus aplicaciones prácticas.
Se inventaron máquinas que permitieron fabricar muchos productos en grandes cantidades, y la importancia del gobierno fue cada día mayor.
Durante el Siglo de las Luces la Nueva España tuvo un gran crecimiento económico, basado sobre todo en la minería. Pero esas riquezas beneficiaron sólo a los españoles y a unos pocos criollos.
Los reyes españoles mandaban en sus territorios sin tomar en cuenta la opinión de los habitantes. La mayoría de los puestos importantes en el gobierno, la iglesia y el ejercito de la Nueva España se les daban a españoles peninsulares, que habían nacido en España, en la península ibérica. Los criollos, hijos de españoles que habían nacido en el virreinato, tenían muchas menos oportunidades.
Los criollos sentían que la Nueva España era su patria y que deberían participar en su gobierno, pero no eran tomados en cuanta por las autoridades españolas. Su descontento, junto con las diferencias entre los ricos, que eran pocos, y los pobres que eran muchisimos, causaron un conflicto social cada vez más grande.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario