domingo, 6 de diciembre de 2015

La Nueva España Hacia 1820

 En abril de 1820, el liberal español Francisco Javier Mina llegó a la Nueva España para luchar del lado de los insurgentes. Lo acompañaba el sacerdote mexicano fray Servando Teresa de Mier.
Cuando Napoleón invadió España, Mina dejó sus estudios para combatir a los franceses, pero fue capturado y fue prisionero en Francia hasta que Fernándo VII recuperó su trono. Mina regresó a España, y al saber que el monarca traicionaba la Constitución se levantó en armas. Derrotado, huyó a Inglaterra, donde conoció a fray Servando, quien lo convenció de que peleando por la independencia de México combatiría mejor contra el rey español.
Mina llegó a Soto la Marina, en el Golfo de México, con tres barcos y poco más de trescientos hombres, cuyas armas había comprado con dinero conseguido en Inglaterra y en los Estados Unidos. A éstos paises les interesaba debilitar a España. Mina ganó algunas batallas, ayudó al insurgente Pedro Moreno, recorrió el Bajío e intentó tomar Guanajuato.
Seis meses después de su llegada, Mina fue hecho prisionero en el rancho del Venadito, en una batalla en que murió Pedro Moreno. A los pocos días, Mina fue fusilado.
Al llegar 1820, muchos insurgentes habían sido derrotados, se habían retirado o habían aceptado el perdón del virrey. Pero algunos se mantuvieron a píe de lucha, en una tenaz resistencia de grupos pequeños e indomables. Los dirigían, entre otros, Juan Álvares, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.
Gurrero nació en Tixtla (ahora en el estado de Guerrero), en 1782. Peleó bajo las órdenes de Hermenegildo Galeana y de José María Morelos. Tomó parte de innumerables combates y casi siempre salió victorioso; destacó por su valentía y su lealtad. Guerrero deseaba que México fuera independiente.
Los españoles y los criollos ricos habían estado en contra de Hidalgo y de Morelos, y en contra de las Cortes de Cádiz. No querían que hubiera igualdad, por que perderían sus privilegios. Sin embargo, en 1820 también ellos creyerón  llegado el momento de que la Nueva España se independizara. No estaban de acuerdo con las ídeas de igualdad y de soberanía popular, ni les interesaba mucho menos mejorar las condicionesen que vivía la gente. Pero no querían obedecer la Constitución de Cádiz, que en España acababa de de ser puesta nuevamente en vigor, así que decidieron apoyar la independencia. Si la Nueva España se hacía independiente, ellos podrían controlar la situación y mantener sus privilegios.
Ahora fueron los criollos ricos y los españoles quienes empezaron a conspirar, en la iglesia de la Profesa, en la ciudad de México. En esas reuniones se decidieron por la independencia; pero antes necesitaban pacificar el virreinato. Para conseguirlo, lograron que el virrey enviara al coronel criollo Agustín de Iturbide a combatir contra Vicente Guerrero.
Iturbide intentó derrotar a Guerro, pero el insurgente conocía tan bien las serranías del sur que no hubo manera de vencerlo. El virrey conoció al padre de Guerrero de que le ofreciera el perdón a su hijo y le pidiera que dejase la lucha: el caudillo contestó "La patria es primero".
Entonces, respaldado por clérigos más importantes, los españoles y aquellos criollosque eran dueños de minas y de muchas tierras, en enero de 1821 Iturbide le escribió a Guerrero pidiéndole que se reunieran para hablar de la independencia. Lo hicieron primero en Acatempan y después en Iguala, donde Guerrero aceptó apoyar a Iturbide,  pues con eso ya no habría obstáculos para alcanzar la libertad de la Nación.
Guerrero sabía que luchando solo no tenía casi ninguna oportunidad de triunfar. Iturbide sabía que sería muy difícil y costoso, y que llevaría mucho tiempo derrotar a Guerrero. A los dos les interesaba completar la independencia. Guerrero era el continuador del movimiento iniciado por Hidalgo y por Morelos; Iturbide representaba los intereses de los criollos ricos y de los propios españoles que vivían en América y no querían ya depender 
de España.






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